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La documentación fotográfica es una parte esencial del trabajo en arqueología. Sin embargo, no todas las fotos reflejan realmente las características físicas de los materiales recuperados en las excavaciones. Una correcta documentación fotográfica requiere de unas condiciones lo más controladas posibles, sobre todo en lo que a iluminación se refiere.
Para conseguir dicho control contamos con un equipo de fotografía de estudio que puede ser transportado allí donde se encuentren los materiales arqueológicos, evitando desplazamientos innecesarios a unas piezas que puede resultar sumamente frágiles.
Las fotografías se realizan en condiciones de luz neutra difusa, con el fin de captar los colores reales del objeto y evitar en a medida de lo posible sombras y brillos. Las fotografías se realizan siempre sobre un fondo monocromático que contraste con el color de la pieza y se acompañan de una escala centimétrica. Siempre es recomendable realizar varias vistas de la pieza para captar de forma más eficiente todos los detalles. La obtención de varias vistas también permite la creación de composiciones en las que se unifiquen todas ellas en una misma imagen con la ayuda de software de edición de fotografías.
